Mientras gran parte de la atención mundial se centraba en los incendios que han devastado la selva tropical de Sudamérica en las últimas semanas, una lucha a miles de kilómetros de distancia se está librando para salvar una zona protegida.
La Reserva de la Biosfera Maya en Guatemala se encuentra en un punto crítico de deforestación, pero hay una gran franja donde la tasa se ha mantenido en casi 0 desde el año 2000.
Sin embargo, lo que ha sostenido esta historia de éxito está amenazado. La periodista Lucy Sherriff explica por qué
«Es un tremendo ejemplo de cómo manejar un bosque» dice Alejandro Santos sobre el esquema de gobierno pionero en su tipo que permite a las comunidades locales administrar partes de la Reserva de la Biosfera Maya.
Santos es un economista ambiental que trabaja con los habitantes del lugar.
Dice que proteger la biosfera, que cubre una quinta parte de Guatemala, es clave no solo porque alberga una gran variedad de vida silvestre, sino también por sus capacidades de captura de carbono.
El esquema, puesto en marcha desde 1994, otorga concesiones a 12 comunidades para administrar el 20% de la biosfera, lo que equivale a unas 400.000 hectáreas.
En las áreas gestionadas por las comunidades, la tasa de deforestación ha caído al 0,4% en los últimos años, como indica un estudio de la ONG internacional Rainforest Alliance.
En contraste, algunas de las áreas circundantes tienen algunas de las tasas de deforestación más altas de las Américas.

El parque nacional Laguna del Tigre es una de esas áreas.
Protegido bajo la ley del gobierno pero no administrado por las comunidades locales, ha perdido el 30% de su cobertura arbórea entre 2001 y 2018, según datos satelitales.
Sin embargo, en Carmelita, que es parte del plan, a las personas se les permite vivir del bosque, siempre que lo hagan de manera sustentable.
«El modelo funciona», dice Carlos Crasborn, residente en Carmelita y líder de la Asociación de Comunidades Forestales de Petén, el organismo que supervisa las concesiones y los enlaces con el gobierno.
Explica que la diferencia entre la tasa de deforestación en Laguna del Tigre y su comunidad muestra que permitir que las comunidades locales manejen el bosque es el camino a seguir.
«Nuestra lucha siempre ha sido probarnos ante el gobierno, y lo hemos hecho», señala.
Futuro Incierto
A pesar de su éxito, el futuro del modelo está en peligro.
Las concesiones, cada una de las cuales tiene su propia fecha de vencimiento, deben renovarse en los próximos cinco años.
